Comercio de servicios impulsa la recuperación global del G20: ¿Qué papel juega República Dominicana?

  Berna | Suiza 

El auge del comercio global de servicios abre oportunidades inéditas para República Dominicana, pero la falta de reformas estructurales y planificación estratégica amenaza con dejarnos atrás. 

El último informe de la OCDE revela que, mientras el comercio de mercancías del G20 apenas muestra un crecimiento modesto, el comercio de servicios se ha convertido en el verdadero motor de la recuperación global. En el segundo trimestre de 2025, las exportaciones de servicios aumentaron un 4,7 % y las importaciones un 2,9 %, impulsadas principalmente por el turismo, las telecomunicaciones, las tecnologías de la información y los servicios empresariales.

Este repunte representa una oportunidad estratégica para economías más pequeñas y abiertas, como la dominicana, que dependen fuertemente de los servicios turísticos, las remesas y el dinamismo de sus zonas francas.

Un escenario de oportunidades

El crecimiento de los servicios a nivel global coincide con el repunte del turismo internacional. Para República Dominicana, donde esta industria representa cerca del 40 % de las exportaciones de servicios, la coyuntura puede traducirse en más visitantes, mayor ocupación hotelera y un aumento en el gasto promedio por turista.

De igual manera, los avances en comercio de servicios financieros y telecomunicaciones en mercados emisores como Estados Unidos y Europa podrían potenciar las remesas. No se trata solo de un incremento en el envío de dinero, sino de la modernización de los canales digitales y de la creación de nuevos productos financieros que beneficien tanto a la diáspora como a los receptores locales.

En paralelo, el auge de la digitalización abre espacio para que sectores emergentes, como la externalización (outsourcing) de servicios profesionales y tecnológicos, se consoliden como un nuevo motor exportador para el país.

Riesgos que no se deben ignorar

Sin embargo, no todo es optimismo. La depreciación del dólar, advertida en el informe de la OCDE, puede encarecer las importaciones dominicanas y golpear a sectores productivos que dependen de insumos externos. A esto se suma la incertidumbre sobre la política comercial de socios estratégicos, que podría afectar tanto al turismo como a las remesas.

La brecha entre lo global y lo local

Aquí se encuentra la gran contradicción: mientras el comercio global de servicios gana dinamismo y abre oportunidades, República Dominicana enfrenta limitaciones estructurales que pueden frenar su capacidad de aprovecharlas. En la actualidad, la precariedad de los servicios básicos, el déficit energético crónico y la inflación persistente constituyen lastres internos que contrastan con el panorama internacional.

El país tiene la oportunidad de surfear la ola del comercio global de servicios, pero si el gobierno de Luís Abinader, no realiza un  giro hacia unas reformas profundas en infraestructura, planificación y políticas públicas, lo más probable es que el auge internacional se convierta en un beneficio parcial y desigual.

Conclusión

El informe de la OCDE no solo describe tendencias globales; también funciona como un espejo incómodo para La República Dominicana. Mientras el mundo diversifica e innova, nuestra economía sigue atrapada en las viejas grietas de desigualdad, dependencia y falta de visión estratégica. La pregunta no es si el comercio de servicios crecerá, sino si el país estará listo para aprovecharlo.